Poda en jardinería, aspectos generales.

Hoy vamos a hablar de un tema que, si bien parece fácil y sencillo, es bastante más complejo de lo que parece: la poda en jardinería.

El origen específico de la poda es incierto, pero se cree que ha sido una técnica utilizada desde la antigüedad. Los jardineros y agricultores han podado plantas desde hace miles de años para controlar su tamaño, mejorar su apariencia y aumentar su producción. Se ha utilizado en diferentes culturas y civilizaciones en todo el mundo, incluyendo China, Grecia, Roma y Egipto. En la antigua China se utilizaba para crear paisajes y formas elegantes. En Grecia fueron pioneros en aumentar la producción de la vid con técnicas de poda. Los jardines romanos y los persas también utilizaban la poda para crear formas específicas. En Europa, los jardines medievales y renacentistas la utilizaban para crear diseños geométricos. En resumen, la poda es una práctica milenaria de origen difícil de determinar debido a la continua evolución y uso a lo largo de la historia.

La poda es una técnica fundamental en jardinería que consiste en cortar ramas y hojas de las plantas con el objetivo de controlar su crecimiento, mejorar su salud o simplemente cambiar su forma. Además de ayudar a controlar el tamaño y forma de nuestras plantas, la poda también puede ayudarnos a promover una mayor producción de flores y frutos. En cualquier caso, esta práctica mejora la salud de las plantas. Podríamos resumir la importancia de la poda en 5 puntos:

  1. Control de tamaño.
  2. Mejora de la forma.
  3. Estimulación de la producción de flores o frutos.
  4. Mejora de la salud de la planta eliminando ramas muertas o dañadas.
  5. Permite que entre más luz en la planta y una mejor circulación de aire.

Dependiendo del objetivo que se busque y de la planta en cuestión existen diferentes tipos de poda.

Clasificación de las técnicas básicas de poda.

         En el libro The Oregon-Washington Master Gardener Handbook, EM 8742 se explica de forma detallada cada tipo de poda así como aspectos a tener en cuenta en cada una de ellas. Haremos un breve resumen de ello agregando otros aspectos.

  • Poda de formación: este tipo de poda es esencial para las plantas jóvenes, ya que ayuda a establecer una estructura sólida y una forma adecuada. Se realiza en las primeras etapas de crecimiento de la planta y su objetivo es estimular el desarrollo de ramas fuertes y un tronco principal. Esto se logra mediante el corte de ramas débiles o innecesarias, y el alargamiento de ramas deseables. Algunos consejos a tener en cuenta para este tipo de poda son los siguientes:
    • No podar la guía central (salvo excepciones). En todo caso se procurará dejar la guía central libre de competencia, para que se desarrolle con más fuerza y vigorosidad que el resto.
    • Es recomendable quitar las ramas bajas durante los primeros años de crecimiento (dependiendo de la planta).
    • El ángulo que forma una rama primaria con la central se denomina horcadura. Esta horcadura ha de ser de un ángulo entre 50 y 80 grados, ya que con un ángulo menor la rama puede romperse con facilidad.
    • Siempre hay que intentar dejar espacio suficiente entre unas ramas y otras. Si quedan muy cerca y apretadas unas de otras pueden crecer de forma alargada y muy débil. Por tanto, intentaremos quitar los nuevos brotes que salgan muy cercanos a otras ramas ya desarrolladas (salvo que tengamos intención de renovar alguna rama vieja).
  • Poda de limpieza o mantenimiento: se realiza en plantas ya adultas para controlar su tamaño. El objetivo es mantener una forma deseada, eliminar ramas secas, dañadas o enfermas y estimular la producción de flores y frutos. Esta poda se realiza regularmente, y su frecuencia dependerá del tipo de planta y de su tasa de crecimiento. Por ejemplo, un arbusto que florece en primavera debe podarse después de que hayan florecido, mientras que un árbol frutal debe podarse en invierto, cuando está en reposo vegetativo. Seguiremos unos patrones generales para mantener la salud de nuestra planta:
    • Es muy importante para mantener una higiene adecuada estar atento a posibles ramas enfermas, pues puede propagarse por toda la planta.
    • Por otro lado, hay que tener especial cuidado en la técnica (más abajo explico tipos de cortes). Una poda mal realizada puede suponer una vía de entrada para plagas y enfermedades relacionadas con insectos y hongos, así como bacterias.
    • Utilizaremos siempre herramientas previamente esterilizadas.
  • Poda de renovación: como su propio nombre indica, esta poda es para plantas viejas o enfermas. Su objetivo es rejuvenecerlas o eliminar ramas muertas o dañadas. Esta técnica puede ser más radical que las otras, y puede incluir la eliminación de varias ramas grandes o incluso del tronco principal. El objetivo es estimular la producción de nuevos brotes y rejuvenecer la planta. Es importante realizar este tipo de poda con cuidado, ya que si quitamos demasiadas ramas la planta puede estresarse y se retrasaría su recuperación.
  • Poda de floración o fructificación: el objetivo principal de este tipo de poda es conseguir un balance de yemas florales para permitir una floración continua, así como un mejor reparto de los nutrientes. Si dejamos todas las yemas florares, los nutrientes disponibles para cada una de ellas serán escasos ya que tendrán que repartirse entre un gran número. En cambio, si dejamos alrededor del 50% o 60% de las yemas podremos asegurar una mayor cantidad de nutrientes para nuestros frutos (lo que aumentará su tamaño) y además ayudará a que la floración de la siguiente campaña sea óptima. Resumo varios aspectos importantes:
    • Si hay muchas flores, más pequeños serán los frutos.
    • Reduciendo la cantidad de ramas obligaremos a la planta que centrar su energía en la producción de flores y frutos.
    • Disminuiremos la cantidad de frutos, pero aumentaremos la calidad y tamaño de estos.

Existen a su vez muchas variantes de este tipo de podas, pero podríamos clasificarlas en esos 4 grandes grupos. Podemos encontrar podas de alargamiento y acortamiento de ramas, podas de adorno (como la ‘Niwaki’), podas de seguridad para árboles ornamentales (como la reducción de copa), poda de pinzamiento, etc.

Es importante tener en cuenta que no todas las plantas deben podarse de la misma manera, y ciertas plantas deben ser podadas en momentos específicos del año para obtener mejores resultados. Siempre que se realice con una buena técnica y en el momento específico, la poda nos ayudará a mantener un jardín saludable y bien cuidado. Si no se hace de la forma adecuada podremos dañar la planta. En otro momento, si interesa, podremos centrarnos en podas de grupos específicos (árboles de sombra, frutales, arbustos, setos, rosales, enredaderas…).

Principales tipos de corte.

         Cuando vamos a podar una planta nos podemos encontrar principalmente frente a dos situaciones: podar ramas finas o ramas gruesas. Además, nos encontraremos también ante el caso de cortar solo una parte de la rama o cortarla entera. Cabe mencionar también que hay muchísimas situaciones más a las que nos podemos enfrentar como la poda de raíces, de yemas florales, etc. Pero no queremos extender demasiado el artículo.

  • Ramas de pequeña envergadura: primero, la rama que queramos dejar como “principal” debe tener al menos la mitad de grosor que la rama que vayamos a cortar. Deben formar un ángulo de entre 45º o 50º, no más (https://www.latiendadelagricultor.com/blog/guia-de-poda-como-podar-que-tipos-de-podas-hay-b91.html). Y uno de los aspectos más relevantes es hacer el corte inclinado para facilitar la cicatrización y evitar la acumulación de agua en el corte que puede ser una buena diana para hongos y otras posibles plagas.
  • Ramas gruesas de mayor envergadura: con estas ramas es muy importante realizar el corte en varios pasos, normalmente tres (ilustración 7), para evitar una mala cicatrización. Primero, realizamos un corte de aproximadamente la mitad del diámetro de la rama y a unos 30cm del tronco principal. Esto ayudará a que la rama no deje una mala cicatriz cuando realicemos el segundo corte, el cual será un corte completo a unos 15cm hacia fuera del corte principal. Lo normal es que la rama caiga por su propio peso mientras realizamos el segundo corte. Por último, realizamos el corte definitivo ya a ras del collar, nunca a ras del tronco. El collar es un área hinchada que queda en la base donde la rama se une con el tronco. El collar proporciona protección al tronco y evita el paso de enfermedades, por lo que si cortamos a ras del tronco quitando el collar nuestra planta será un buen objetivo para caer enferma.

Conclusión.

Es muy importante tener en cuenta que esto es un breve resumen de las principales técnicas de poda. He hablado por supuesto en términos generales, pero como ya he mencionado cada planta es un mundo, y cada técnica tiene sus posibles variantes. Además, no hemos hablado sobre las herramientas de poda, las cuales también son importantes. Siempre intentaremos conocer la biología de la planta que vayamos a podar y usaremos las herramientas exclusivas para cada procedimiento.

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